Èric Lluent / Reykjavík
Fotografía: portal del supuesto apartamento de alquiler
Dos estudiantes de Madrid, de 25 y 20 años, fueron estafados a finales de marzo al avanzar más de 2.000 euros por el alquiler de un apartamento en Reykjavík que no existe. Las víctimas hicieron la transferencia bancaria el pasado 17 de marzo, a la espera de recibir unas llaves que jamás llegaron. La cifra que pagaron cubría supuestamente el primer de alquiler (125.000 coronas islandesas) más un mes de fianza. La oferta la encontraron en el portal islandés bland.is y correspondía a una vivienda de alquiler que debía encontrarse en la calle Álftamýri, 32, en el distrito 108 de la capital de Islandia.
“Le dijimos que estábamos interesados en el apartamento y que si podíamos verlo. Él respondió que estaba en Italia y que tenía que mandarnos las llaves. Nos dijo que por su seguridad y nuestra seguridad haríamos el pago por Airbnb. Nos llegó un correo electrónico, con el logotipo de la empresa Airbnb y el nombre y otros detalles de este sitio web. En el correo detalló cómo teníamos que hacer el pago, que era una transferencia en teoría a Airbnb, y nos dijo que conseguiríamos las llaves en 2 o 3 días”, detallan Jaime Maestre y Paula Abad, los estudiantes que al no recibir noticias de la persona que le debía alquilar el piso se pusieron en contacto rápidamente con las autoridades policiales españolas e islandesas. El nombre, aparentemente falso, del hombre que se hacía pasar por propietario de la vivienda es Henrik Jansson y el intermediario al que se le hizo la transferencia es Samson Paul. Aquí, se puede observar una captura de pantalla del correo electrónico con el logo de Airbnb.
La prensa islandesa ya ha publicado alguna noticia haciendo referencia a este tipo de estafas inmobiliarias. No obstante, las víctimas son extranjeros que desconocen el islandés y hay muy poca información sobre estos casos en inglés y, hasta la fecha, nada en castellano. El Faro de Reykjavík ya siguió en otoño la pista a un estafador que utilizaba el mismo modus operandi que el descrito por la pareja de estudiantes madrileños. En aquella ocasión el nombre utilizado por el estafador era Paul Steinsvik y el argumentario utilizado para justificar la necesidad de hacer una transferencia internacional era calcado al del caso que aconteció hace pocas semanas. En un primer correo electrónico se describe como un ingeniero, padre de familia, amante de las mascotas y residente en Italia. En un segundo email, detalla los pasos a seguir para la realización del pago y, finalmente, envía un correo con el logo de Airbnb. A continuación, ofrecemos una captura de pantalla del correo electrónico que nos envío durante nuestra investigación el pasado mes de octubre.
Fuentes del consulado españoles, han confirmado que este es el primer caso del que tienen constancia en el que las víctimas son de nacionalidad española, aunque la policía islandesa les ha confirmado que actualmente trabajan con tres casos similares. Después de los sucedido los estudiantes se plantearon volver a Madrid, aunque la solidaridad de algunos de los profesores del grado superior de fotografía que están estudiando hizo que finalmente pudieran alojarse en Reykjavík durante su estancia de tres de meses. “Un hombre islandés llamado Arnar nos está alquilando una casa a un precio muy ajustado para ayudarnos después de la experiencia que vivimos”, cuentan los estafados.
El dinero de la transferencia internacional que realizaron los estudiantes españoles se envío a Italia, territorio en el que parece tener origen la estafa. “La policía islandesa nos ha dicho que si la policía italiana no quiere colaborar no podemos hacer nada desde aquí”, comenta resignado Maestre. Esta estafa se da en un momento en el que la oferta de alquileres en Islandia no cubre la demanda y en el que muchos extranjeros que llegan a la isla pasan por grandes dificultades a la hora de encontrar una habitación o un apartamento en el que vivir. Los precios en la zona de la capital se han disparado en los últimos meses y muchas viviendas se alquilan, especialmente durante los meses de verano, a turistas, dejando sin posibilidades a los trabajadores que llegan para trabajar durante la temporada alta o a los estudiantes que empiezan el curso a finales de agosto.
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Despues de leerlo, lo hubiera titulado:
“Ciudadano Islandes ofrece su casa a estudiantes estafados mediante AirBnb”.
Menos negativa y más original, no?Bueno, quizás vayamos a promover el mito de que los islandeses son poco acogedores…
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Sí, vamos a silenciar la estafa para que caigan más extranjeros en la trampa. En fin, puedes seguir comentando pero mi diálogo contingo acaba aquí. Veo que vas a buscar discusión en cada artículo. Ciao! Èric Lluent
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